Qué es la terapia narrativa?

La terapia narrativa es una forma de acompañar a las personas en momentos difíciles, sin reducirlas a un diagnóstico o a un problema. A diferencia de otros enfoques, aquí no se trata de corregir algo que está “mal” en ti, sino de escuchar con atención cómo has construido la historia de tu vida y qué papel juega esa historia en lo que estás viviendo hoy.

Muchas veces repetimos frases como “siempre me pasa lo mismo”, “soy muy insegura” o “no sirvo para esto”. Sin darnos cuenta, nos vamos contando una historia que nos encierra. La terapia narrativa ayuda a mirar esa historia de otro modo. Pregunta cuándo empezó, qué otras versiones de ti se han perdido en el camino, y qué elementos no estás viendo.

Un concepto central es el de externalizar el problema. Por ejemplo, en vez de decir “yo soy ansiosa”, trabajamos con algo como “la ansiedad ha estado interfiriendo en mi vida últimamente”. Parece un cambio pequeño, pero permite tomar distancia, entender mejor qué está pasando y empezar a actuar desde otro lugar.

En este tipo de terapia, la terapeuta no te dice quién eres ni qué debes hacer. Su función es ayudarte a encontrar otras narrativas que también son tuyas, pero que quizás no habías explorado. Muchas veces, eso incluye momentos en los que fuiste fuerte, clara, valiente o creativa, pero que quedaron opacados por el dolor.

La terapia narrativa es útil para personas que han atravesado pérdidas, situaciones de violencia, cambios importantes, crisis personales o momentos de confusión. También es una buena herramienta cuando te cuesta entender por qué te sientes como te sientes, o cuando te cuesta confiar en ti misma.

En cada sesión se abre un espacio para conversar sin juicio, con respeto, y desde la idea de que tú no eres tu problema. Puedes traer dudas, emociones intensas, preguntas que no tienen respuesta. La idea no es buscar una “verdad” absoluta, sino comprender con más profundidad qué te está pasando y cómo quieres seguir adelante.

En resumen, la terapia narrativa te ayuda a reescribir tu historia sin borrar lo vivido, pero con la posibilidad de encontrarle otro sentido. Una historia más justa contigo, más honesta, y más libre.